En el siglo III a.C., la provincia de Cádiz cae en poder de los romanos que ya controlaban el Valle del Guadalquivir, esto supondría el inicio de una época próspera de gran trascendencia dentro del imperio. La huella de la importancia alcanzada es hoy perceptible en la infinidad de restos diseminados por toda la provincia, teatros, enterramientos, cloacas, acueductos, calzadas, factorías pesqueras, murallas, y desde la que se exportaban a Roma vinos, aceites y salazones de pesca.
Este recuerdo de la romanización se muestra especialmente vivo en la capital Cádiz, antigua Gades, que fuera cuna de la madre del emperador Adriano, del famoso agrónomo Junio Moderato Columela y de la familia de los potentados Balbo. En Baelo Claudia, en la ensenada de Bolonia (Tarifa), famosa por sus factorías en las que se elaboraba el “garum” tan apreciado por los gastrónomos de la época. Junto a estas ciudades prosperaron otros núcleos urbanos- Asido, Carteia, Asta Regia, Iptuci, Ocuri- que son testigos de una etapa esplendorosa del pasado de esta provincia.
Aunque son muchos, y muy variados, los restos de la cultura romana que podemos encontrar esparcidos por todo el mapa gaditano, le sugerimos sendos recorridos por la costa y por el interior provincial, con visitas a los conjuntos arqueológicos más representativos cuyos mejores complementos didácticos se encuentran en los abundantes fondos procedentes de este período histórico que se exhiben, especialmente, en el Museo de Cádiz y en el Museo Arqueológico de Jerez.