Arte Neogótico, s.XIX, BÚNKERES (IIª Guerra Mundial) Y RESTOS FORTÍN BRITÁNICO (Guerra Independencia, s.XVIII) – del Cerro de Stª Catalina.
Construido en la segunda década del siglo XX, siguiendo el estilo neorrenacentista. Parece ser que, antiguamente, allá por el siglo XVI, en el cerro hubiera una ermita.
Ya nada queda de la antigua ermita dedicada a Santa Catalina de Siena, cuyo único testimonio gráfico es un dibujo realizado en 1.567 por un pintor holandés.
Construida sobre un cerro bañado por las olas de la Playa de los Lances, y junto al que pasaba el Río de Papel, la ermita consistía en una sola nave y una pequeña espadaña, que indicaba su carácter religioso. En sus inmediaciones existió un manantial. Según antiguos cabildos, sirvió como lazareto durante la epidemia de peste del s. XVII.
En 1.771, tras recibir un envío de pólvora desde Barcelona, la ermita fue convertida en almacén de pólvora. Durante la Guerra de la Independencia en 1.811, la ermita fue casi destruida y en 1.812 los ingleses comenzaron allí las obras de un fuerte flanqueado por dos cañones tras demoler los restos de la ermita, obras ejecutadas por los presos de Tarifa, así como la construcción de un foso seco de 11 m. de ancho y 8 m. de profundidad.
Excavaron un reducto en la misma roca del cerro, donde dejaron una guardia y se acuartelaron en la isla. Tras la guerra, en 1.813, los ingleses se marcharon de Tarifa.
En 1.821, erigieron una bateria semicircular de cara a la Isla para defenderse del mar.
En 1.928, el cerro de Santa Catalina fue solicitado por la comandancia de Marina para construir un castillo que sirviera como complemento del faro de la Isla y albergara el semáforo del puerto. El proyecto fue aprobado y las obras fueron acabadas en 1.933.
Durante la Guerra Civil, en 1.936, el castillo resultó dañado, por lo que se reforzó en las décadas de los 40 y 50 con bunkers o nidos de ametralladoras, para defenderse de otros posibles ataques.
Tras haber sido habitado por varias familias de Tarifa, en 1.972 ya por fin el Castillo de Santa Catalina fue habilitado para cumplir la función para la que había sido construido.
En el año 2000, el observatorio meteorológico de la Marina, se trasladó a otro lugar, dejando deshabitado el Castillo y pasando a ser de nuevo propiedad del Ayuntamiento.